Inteligencia artificial en el periodismo

“La inteligencia artificial es la habilidad de resolver tareas para las que harían falta los humanos. Pero, sinceramente, no me gusta mucho el término. Nosotros no somos artificiales, somos, simplemente, diferentes”. Para definir el término inteligencia artificial (IA) se podría haber acudido a un sinfín de fuentes, aunque qué mejor manera de hacerlo que recurriendo a la propia tecnología. A la pregunta de qué es la inteligencia artificial así se expresó por su cuenta la primera robot en ser identificada con la ciudadanía de un país (es saudí) y una de las más famosas y majestuosas representaciones de esta tecnología, el robot humanoide Sophia. Esta acaba de cumplir los cinco años en abril de 2020, sin embargo, ¿hace cuánto estamos conviviendo con el desarrollo de la IA y qué aplicaciones tiene esta en el sector periodístico?

Antes de que Sophia describiera esta herramienta como una habilidad que tiene una máquina de realizar tareas destinadas, en principio, para los humanos, nuestra raza ya se hacía la pregunta de si dichas máquinas podrían algún día pensar y funcionar por su cuenta. De hecho, antes de que existiera incluso el término de inteligencia artificial, ya se estaba sentando la base de lo que en la actualidad conoceríamos como tal.

El matemático Alan Turing es conocido hoy en día por varias de sus labores a comienzos del siglo pasado, aunque dos de sus logros han sobresalido en la cultura popular: por un lado, su participación crucial durante la Segunda Guerra Mundial a través de su capacidad de descifrar códigos nazis, como los enviados con la máquina Enigma (historia que incluso fue llevada a la gran pantalla) y, por el otro, por ser pionero en el campo de la inteligencia artificial, resultando en estudios adelantados a su tiempo y en la famosa prueba que lleva su nombre. La Prueba de Turing  surge a partir del ensayo “Computing Machinery and Intelligence” de 1950 y es un test que mide la capacidad de una máquina de emular un comportamiento inteligente propio de un ser humano o similar al de este.

Aunque sobre el papel el término no existía aún, ese fue uno de los primeros y más importantes avances del ámbito. No fue hasta 1956 cuando, de la mano de John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon conocimos la inteligencia artificial como “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligentes”. Pese a que estos vaticinaban que en “menos de diez años” estaríamos rodeados de máquinas, tuvo que llegar la década de los 90 y la era de la tecnología para que esta herramienta fuera realmente explotada.

En medio de estas dos décadas encuentra su lugar el periodismo. En los años 70, Philip Meyer publica lo que se entiende en la actualidad como uno de los trabajos pioneros en relación al periodismo y a la inteligencia artificial, centrándose en “el uso de metodologías científicas, procesos estadísticos y tratamiento de datos para generar informaciones”, titulado “Periodismo de precisión”. No obstante, aunque las primeras manifestaciones daten de medio siglo atrás, los comienzos de la década pasada fueron testigos de los primeros medios de comunicación que comenzaron a experimentar con la inteligencia artificial.

¿Periodista o robot?

A comienzos del 2017, BBC News publicó un artículo titulado “Adivina quién escribió esto, un robot o un periodista” donde, entre otras cosas, mostró un ejemplo de una pieza redactada por un software llamado Wordsmith, obra de Automated Insights. Este fue el resultado: 

El consumo de alcohol en Colombia baja un 0,68% respecto al año pasado, ya que el consumo de bebidas espirituosas cayó un 2,29%.

Los ciudadanos de Colombia bebieron 4,38 litros de alcohol en 2014, frente a los 4,41 del año anterior y los 7 primeros países sudamericanos. El descenso del 0,68% es la tercera mayor disminución en América del Sur. Sin embargo, el consumo ha aumentado un 0,92% en los últimos cinco años, situándose como el segundo mayor crecimiento en el continente.

Los ciudadanos de Colombia bebieron sólo 1,28 litros de bebidas espirituosas, una disminución de 2,29% respecto al año anterior. La caída ocupó el tercer lugar en todo el continente”. 

Deportes, tiempo, bolsa y presentadores siempre listos para trabajar

Varias fuentes coinciden con que el fenómeno de la introducción de la IA en el periodismo se da entre el 2010 y el 2012 en Estados Unidos. La revista Forbes, de hecho, presentó en el 2012 por primera vez artículos y publicaciones en redes sociales redactadas por un robot y firmadas como “Narrative Science”. Un año después y nuevamente en el país americano, pudimos observar cómo una agencia de talla mundial como es Associated Press empezó a utilizar una herramienta de inteligencia artificial desarrollada por Automated Insights para la redacción de noticias sobre mercados bursátiles, informes corporativos y deportes. Desde entonces, dicha agencia emite más de 16.000 piezas anuales mediante esta tecnología y, como veremos más adelante, ha generado la primera ventaja del tándem periodismo-inteligencia artificial: han liberado de cargas a los periodistas, permitiéndoles así dedicar más tiempo a trabajos más elaborados y complejos.

En EEUU continuaron sumándose a esta práctica prestigiosos medios como The Washington Post, Reuters, The New York Times, Los Angeles Times, Bloomberg, The Wall Street Journal, Sports Illustrated, CNN, USA Today o Getty Images, entre otros. En este país fue donde más se popularizó la utilización de herramientas como esta, aunque no el único.

Associated Press emite desde 2013 más de 16.000 piezas al año mediante la IA

Es fundamental entender la importancia de Asia en el proceso de expansión de esta tecnología en el sector de la comunicación. Uno de los acontecimientos más importantes de la corta historia de la IA en el periodismo ocurrió en China en el año 2015, cuando el robot Dreamwriter creó en un minuto una noticia de 916 palabras sin errores. En la actualidad, Dreamwriter es una de las herramientas que ha crecido de manera más exitosa en el ámbito periodístico, aunque existen muchas más, entre las cuales se pueden destacar Quakebot, Syllabs, Heliograf, RADAR, Kognetics, Media Brain, Quill, Recount, Wordsmith, LeoRobotIA, Narrativa o Soccerbot, entre otras. Esta última es precisamente la que permitió a la agencia Yonhap, de Corea del Sur, generar 380 artículos en aproximadamente dos segundos cada uno después de cada partido de la Premier League (primera liga del fútbol británico) de la temporada 2016/17.

Por último, otro acontecimiento que coloca el continente asiático como pionero en la explotación de la tecnología en el ámbito de la comunicación se dio en 2018, cuando la agencia estatal de noticias de China, Xinhua, sacó en antena a un robot que desempeñó el papel de presentador. De esta forma, aunque quedó patente la falta de humanidad y el automatismo del sujeto, los expertos creen que en el futuro esto se podrá arreglar, e incluso se podrán dotar a estas máquinas “libres de ego y siempre listas para trabajar” de sentido del humor.

Noticia de The Telegraph informando acerca del presentador robótico de Xinhua

Ya situados en el Viejo Continente, el Reino Unido, Noruega, Francia, Alemania, España o Finlandia son algunos de los países que llevan años trabajando con ayuda de softwares como los enumerados anteriormente. No en vano, en el 2015 se tomó en Francia el modelo popularizado en EEUU de análisis de datos en la política a través de la IA, concretamente, mediante el diario Le Monde con motivo de las elecciones legislativas de 2015, cuando se produjeron 150.000 páginas web en cuatro horas utilizando la herramienta Syllabs. Hace un lustro también encontramos la primera incursión de España en el mundo de la inteligencia artificial en el sector periodístico. El grupo de comunicación multimedia de información general Vocento, formado por más de 100 empresas entre las cuales despunta el diario ABC, empleó en 2015 la herramienta Medusa con el objetivo de ofrecer información de servicio sobre playas y esquí.

A estas dos naciones les siguieron otras como el Reino Unido (The Guardian, Press Asociation), Alemania (Finanzen100.de, Goekick.com) o Finlandia (YLE). En el Reino Unido, un proyecto promovido por Press Asociation y Urbs Media “permite a los medios locales acceder a cientos de miles de artículos generados a partir de los datos extraídos de fuentes municipales, gubernamentales y locales”, creando en menos de dos años más de 180.000 piezas. Asimismo, la agencia de noticias de Noruega también experimentó recientemente con la IA para la confección de noticias sobre resultados en el fútbol.

Línea del tiempo de la historia de la IA e introducción al periodismo

España, presente y futuro a partes iguales

Vocento fue cinco años atrás solamente el precursor de una tendencia que ha ido cogiendo cuerpo y ganando adeptos con los años. A este grupo empresarial se sumó el diario El Confidencial, que apostó por la automatización de noticias financieras y deportivas, al igual que ya se había hecho fuera del territorio nacional años antes. Después de estos, durante los últimos dos años una oleada de reconocidos medios nacionales como el diario AS, el Sport, El Español, El Periódico, El Independiente, Heraldo, La Información, el diario digital 20 minutos o la Agencia EFE han adoptado herramientas a su vez novedosas en España como LeoRobotIA, Dail Software o Narrativa, todas dedicadas a generar contenidos mediante la inteligencia artificial.

No obstante, estos no son los únicos medios de comunicación que probablemente hayan hecho uso de estas nuevas herramientas. Ya que el modelo tradicional de periodismo, tal y como este era entendido en el pasado, ha ido cambiando y generando diversas vertientes según la actividad profesional o la forma de ofrecer el producto, también los usos de dichas herramientas difieren. Con el medio Prodigioso Volcán nos encontramos con un nuevo software llamado GrafIA, al servicio de la plataforma para la elaboración automática de gráficos informativos.

De la misma forma, se puede deducir que estos no son los únicos medios que han empleado la IA en su actividad profesional debido a que, conforme al CEO y cofundador de Narrativa, David Llorente, trabajaba a finales de 2019 “con más de 25 medios”. Tanto Narrativa, como LeoRobotIA se basan en la producción de contenidos únicos y en tiempo real para cada uno de sus clientes, bien sea a partir de tablas, columnas y datos, convirtiéndolos en noticias, o bien mediante la preconfiguración del software según los gustos y pautas del cliente, de forma que el trabajo final sea de su agrado y se puedan generar una infinidad de alternativas en la redacción de los textos sin necesidad de plantillas ya existentes.

Todo ello invita, por tanto, a pensar que España se está esforzando por elevarse a la altura de grandes potencias como EEUU o China en este aspecto, pero aún llevamos años de desventaja. Aunque el presente es prometedor en el país, hay que recordar que en naciones referentes como las mencionadas ya están en el futuro. Aunque los avances puramente tecnológicos en Estados Unidos o China no superen en tanto a los de otros países como España, la cotidianidad del uso de estas herramientas en el periodismo sí es un aspecto que demuestra cierta soltura y ventaja sobre nosotros.

“Más de 25 medios de España trabajaban con la herramienta Narrativa en 2019”, según David Llorente

Con respecto a este fenómeno, el periodista y profesor del Grado en Periodismo de la Universidad de La Laguna, David Fuentefría Rodríguez manifestó su optimismo en el camino por implementar la IA en el día a día del sector de la comunicación en España, defendiendo que “todos los cambios suponen una oportunidad”, aunque matizando que “siempre que traigan progreso y no desarraigo”. “España asumirá esta tecnología como el resto de los países, y deberá hacer gala de la misma voluntad de avance y de extracción de resultados que exhiban los demás. Si nos perdemos en un mal enfoque de las posibilidades de esta tecnología, o en su aprovechamiento torticero o para manipular, solo estaremos viviendo el siguiente paso de una realidad por desgracia ya existente”, remató Fuentefría.

En la línea del pensamiento global junto a una actuación local, la periodista y redactora en el diario digital canario Canarias Ahora, Natalia González Vargas, cree posible la introducción de la IA en el ámbito periodístico del Archipiélago, aunque siempre bajo la supervisión del ojo humano o, asimismo, para temas como la meteorología. No obstante, para que esto se convierta en una realidad en Canarias, González Vargas aboga por la “necesidad de los medios canarios por abandonar esa nostalgia al papel y mirar hacia el presente y el futuro. Entiendo el valor añadido del papel, pero tampoco pueden abandonarse las oportunidades y ventajas que da Internet (vídeos, enlaces, infografías, imágenes de mayor calidad, etc.). Invertir en este sector puede dar muchos más beneficios”. Por último, la periodista refuerza la idea de no desentender a los periodistas de las labores más humanas, alegando que “nunca debe priorizarse la IA sobre la formación y la capacidad de los periodistas”.

Ventajas y dilemas éticos

Como en cualquier ámbito y con la aparición de cualquier innovación, surge la necesidad de identificar las ventajas y los inconvenientes de estas, con el fin de mejorar, modificar o desechar una idea. Para ello, en primer lugar es necesario conocer cómo funcionan las numerosas herramientas anteriormente enumeradas. Según el profesor de la Universidad de Maryland Nick Diakopoulos, el funcionamiento de estos softwares se divide en cinco etapas:

Si estos son los mecanismos bajo los que se rigen gran parte de las piezas generadas por la IA, es hora de plantear los beneficios que supone esta tecnología para el sector. En los párrafos anteriores ya mencionamos una de las ventajas que más se repite entre los expertos y miembros de la comunidad y es la de permitir a los profesionales trabajar en proyectos más complejos y necesitados de la atención del ser humano a causa de liberar la carga de trabajos sencillos y automáticos gracias a la inteligencia artificial.

A la misma conclusión llega González Vargas con respecto al plano local, y es que en Canarias “los medios cuentan con plantillas reducidas que a veces tienen dificultades para llegar a la actualidad y al mismo tiempo a la investigación que requieren algunos temas. La IA puede liberar a las plantillas y en consecuencia dar una mayor calidad a los contenidos”. Fuentefría, por su parte, defiende también el aumento de la calidad de los objetivos con la aplicación de esta tecnología, siempre y cuando los periodistas aprendan a manejarla bien. Asimismo, en el terreno académico este manifiesta que “la irrupción de la IA ya nos está sirviendo también para acortar plazos, sobre todo a la hora de investigar datos estadísticos”.

Otros integrantes del mundo de la comunicación han expresado su acuerdo con la inteligencia artificial como el ejecutivo del South China Morning Post, Gary Liu, reconociendo la importancia de los datos en el periodismo, aunque advirtiendo de que “estos no nos aporta nada si no sabemos cómo utilizarlo“. Desde Reuters, Reg Chua habla, al igual que Natalia González, de la importancia de la “fusión entre humanos y máquinas para trabajar en equipo de forma armoniosa”. La IA es, conforme a Chua, “la única forma de impulsar la calidad y la eficiencia del medio”, pudiendo llegar a obtener otros beneficios como la velocidad, el alcance en la creación de contenidos e incluso la rentabilidad, aunque esta a largo plazo.

Por último, el jurista Matteo Monti reflejó a través de su estudio “Problemas Éticos y Jurídicos Relacionados con la IA en Prensa” los beneficios de la búsqueda de datos de la forma más rigurosa y contrastada a la hora de emplear la inteligencia artificial, pues solo así se dará con “una excelente manera de evitar errores embarazosos o difundir noticias falsas”.

En todo caso, Jose A. García Avilés recoge en su artículo titulado “El impacto de la Inteligencia Artificial en el periodismo” una lista de cinco beneficios que han traído la implementación de la IA en las redacciones, conforme a los expertos:

  1. Libera la carga de trabajo, para invertir tiempo en tareas más complejas.
  2. Mejora la eficacia y la velocidad en la generación de noticias.
  3. Permite procesar grandes cantidades de datos, textos o imágenes.
  4. Aporta una mayor personalización de los contenidos.
  5. Potencia la creación de nuevos formatos.

Por otra parte, los inconvenientes identificados en la corta vida de esta herramienta dentro del periodismo están sistemáticamente relacionados con la ética y deontología del profesional de la comunicación. Para comenzar, se parte de la base del juicio emitido por el periodista científico especializado en IA, Bennie Mols, que reza que “son los seres humanos quienes han construido y diseñado la IA y han introducido valores morales en su código. Los humanos siempre deberían ser responsables, porque la tecnología está en sus manos”. Por ello, la inteligencia artificial, aunque llamada así, no significa más que una herramienta novedosa de hacer periodismo y de ayudarnos a mejorar y facilitar la actividad periodística.

Además, el autor añade que “cuanto mayor sea el papel que la IA juega en el resultado final, más importante es hacérselo saber al público”. En referencia a esta afirmación, González Vargas sostiene que “más que nunca debemos hacer saber la metodología y el trabajo que desempeñan los profesionales de la información en sus trabajos. Y si la tecnología ha participado en ese proceso también. Además, sirve para visibilizar nuevas formas de trabajo y hacer partícipe a la ciudadanía de estos avances”.

De acuerdo a los planteamientos anteriores, David Fuentefría se encuentra en la misma onda que González o Mols, atribuyendo toda la responsabilidad a las personas, determinando que “mientras las máquinas no piensen por sí mismas (y, cuando lo hagan, supongo que seguirán teniendo jefes), creo que el único debate deontológico seguirá apuntando a las decisiones humanas que se tomen respecto a su presencia y actividad en los medios”.

“Cuanto mayor es el papel de la IA en la pieza, más importante es que el público lo sepa”, conforme a Bennie Mols

Es por ello que, en definitiva, más allá de las dificultades económicas que supondría una inversión en la inteligencia artificial, que se puede suplir o bien como apuntaba González Vargas, centrando los fondos en las posibilidades de las TIC, o bien poco a poco esperando a la recuperación del capital invertido, como apuntaba Reg Chua con respecto a la rentabilidad de esta innovación, el debate deontológico que esta herramienta propone no se aleja de la actuación responsable del ser humano, al igual que ocurre en una actualidad sin la IA integrada por completo en el sector.

En consonancia y para concluir, Fuentefría alude a la idea de que “estos problemas ya son, desde hace décadas, las puntas de lanza del debate ético en los medios de comunicación, intra y extramuros. Por ello entiendo que, lo que de verdad traerá la IA, al menos en la primera fase de su implantación, será el avivamiento el debate sobre la necesidad de humanizar más que nunca la profesión, garantizando que los mejores periodistas adopten a sus nuevos “compañeros” como una herramienta de ayuda, que les permita dedicarse con más profundidad a su labor, y no como a un competidor destinado a sustituirlos”.