La tecnología está siendo vital en este confinamiento

Ante la extraordinaria situación en la que nos encontramos, con la población confinada en sus hogares y con la mayor parte de las actividades profesionales paralizadas, hay un factor determinante para paliar los efectos de este confinamiento: la tecnología. El estado de alarma ha supuesto que muchos trabajadores hayan abandonado abandonar sus puestos de trabajo momentáneamente y realicen sus actividades de forma telemática, en los casos en que ésto es posible. Escolares, estudiantes de secundaria y universitarios han visto también frenados sus respectivos cursos académicos. Las clases presenciales se han suspendido y de forma excepcional se están realizando a distancia. Las diferentes herramientas tecnológicas existentes están siendo esenciales para sobrellevar esta situación anómala.

De manera que empresas de diferentes sectores han tenido que mandar a sus trabajadores a casa y delegarles el trabajo telemáticamente. Es el caso de Silvia, natural de Palma de Mallorca, quien trabaja desde hace cinco años como recepcionista en una oficina pública dependiente de la Conserjería de Asuntos sociales del Gobierno Balear. En un inicio, con el estado de alarma ya decretado, por orden de sus superiores, se procedió a cerrar la oficina de cara al público. Silvia continuaba acudiendo a su puesto de trabajo cumpliendo su horario y funciones. No obstante, a los pocos días sus jefes decidieron cerrar temporalmente la oficina y la mandaron a casa, con la obligación de seguir realizando su trabajo mediante las telecomunicaciones.

El teletrabajo en muchas empresas, difiere mucho de la forma convencional, sobre todo, en aquellas instituciones públicas que trabajan básicamente de cara al público, como pasa con la oficina de Silvia que se encarga de ofrecer un servicio de asesoramiento a colectivos y asociaciones de inmigrantes en la ciudad de Palma.

Al igual que los trabajadores, la población estudiantil se ha visto también afectada. En pleno curso, aún sin finalizar el segundo trimestre en el caso de los escolares y estudiantes de secundaria, y a comienzos del semestre de primavera para los universitarios, el formato en línea es la única solución para poder continuar con las clases. Si bien se complican los criterios de evaluación y la forma de examinar, al menos los tutores pueden llevar un seguimiento de su alumnado y proponerles tareas y actividades para seguir con el aprendizaje. Esto lo está viviendo en primera persona Miguel, también mallorquín, y padre de dos hijos en edad escolar. El pequeño estudia en un centro de atención especial, y su hijo mayor cursa sexto de primaria en un colegio público.

Miguel afirma que sus hijos están siguiendo desde casa una disciplina interna y realizando sus tareas mediante las directrices que les aportan sus profesores, en contacto permanente con los padres, gracias a las telecomunicaciones, tales como el correo electrónico y Google Drive, incluso, con audios y vídeos a través de la red social de mensajería, WhatsApp. Definitivamente, de una forma u otra, las clases han podido continuar para los escolares. Pero, eso sí, queda saber qué criterios se seguirán para evaluar ya que aún no es seguro si los alumnos retomarán lo que queda de curso en forma presencial, ni cómo y cuándo deberán examinarse.

La tecnología está suponiendo la fácil continuidad de nuestras vidas desde nuestros hogares como también está sirviendo para amenizarnos la cotidianidad, posibilitándonos primero que todo, la comunicación permanente con nuestros familiares y amigos, y después, entreteniéndonos en los muchos ratos ociosos que por las circunstancias tenemos. Son habituales ya las videoconferencias familiares y con amigos o compañeros de trabajo, en nuestro día a día, con algo de incertidumbre, quizás, para con lo que nos espera vivir cuando salgamos de la cuarentena. El coronavirus ha venido sorpresivamente para cambiarnos la vida, y en especial, para cambiar los paradigmas de nuestra sociedad, que si ya estaban inmersos en el universo tecnológico, más aún después de esta crisis.