La otra cara del comercio electrónico en España

Las ventas online están a la orden del día en España. Según el estudio anual de eCommerce 2019 de IAB Spain y la agencia Elogia, 7 de cada 10 internautas compra online; lo que se traduce en 20,3 millones de españoles de entre 16 y 65 años. La gran mayoría de estos usuarios utiliza Amazon para realizar sus compras, según el estudio Anual Marketplaces 2019 elaborado por la consultora Tandem. Sus entregas el mismo día o su atractivo sistema de devoluciones lo convierten en una opción muy interesante, pero ¿quién está detrás de nuestros procesos de compra?

Este gigante estadounidense cuenta con varios centros logísticos repartidos por toda la península, entre ellos el de El Prat de Llobregat (Barcelona). En estas instalaciones trabajó Álvaro Vázquez como mozo de almacén en el servicio de empaquetado. Según explica, su jornada laboral transcurría en una pequeña zona donde permanecía de pie esperando a que los robots, de forma totalmente automatizada, le acercaran los productos que él debía empaquetar. “Valoran tu técnica de empaquetado, la velocidad a la que empaquetas y, sobre todo, los tiempos”, asegura. Vázquez detalla que, para mantener su puesto de trabajo, se le exigía indirectamente una media de 120 paquetes a la hora. “Con las jornadas tan intensas que tenemos, es muy difícil llegar a ese nivel”, apunta.

Álvaro Vázquez: “Cualquier persona vale para trabajar en Amazon los 15 primeros días”.

El comercio local no puede competir contra este marketplace. Lo sabe bien Enrique Ros, consultor empresarial y propietario de la tienda de moda “Ros”, situada la Rambla Guipúzcoa de Barcelona. Las ventas de su negocio, que cuenta con más de 60 años de historia, han caído desde 2017 de manera continua, siendo la venta online uno de los motivos del descenso. Según explica, las facilidades de devolución que ofrecen muchos competidores online hacen que las tallas ya no sean una disuasión para la compra online de moda. “La gente es capaz de pedir tres tallas, quedarse la que le va bien y devolver el resto”, asegura Ros.

Sin embargo, el empresario no ve viable abrir una tienda  online a corto plazo por los costes que esto supone y el mantenimiento que requiere. “Normalmente, para tener éxito, tienes que enfrentarte a un canal como es Amazon. Amazon te pide un 15% y te va presionando para que ofrezcas descuentos ajustados que te posicionen en las primeras entradas de los buscadores”, comenta.

Además, este consultor empresarial apunta que la proporción de impuestos que paga un comercio que factura relativamente poco en relación con los impuestos de un monstruo como puede ser Amazon es tremenda. “Si sumamos todos los impuestos, tasas y retenciones que hacemos sobre el personal, una tienda de barrio como esta puede estar pagando entre 70 y 90 mil euros al año. Me gustaría saber si Amazon paga eso en tasas e impuestos en relación con lo que factura”, reflexiona Ros.

Esta situación suele ser habitual entre los propietarios de pequeños comercios. Alba Mariño, dueña de la tienda de bisutería y complementos Quenlla SC y El Pájaro del mercado de Abastos de Santiago de Compostela, tampoco apuesta por el comercio electrónico por el momento. La empresaria considera que el eCommerce es un gran complemento, pero requiere de un tiempo y una dedicación que no puede conseguir en Quenlla. Sin embargo, según explica, su tienda ha experimentado un crecimiento en el número de pedidos y reservas gracias a las redes sociales. Por ello, no descarta abrir una tienda online en un futuro próximo.

Lo que tiene muy claro, es que quiere seguir apostando por la cercanía. Para Mariño, el trato que ofrece a sus clientes —a los que les puede explicar el origen de los productos o su historia— es un elemento diferencial. La empresaria sostiene que, pese a que un algoritmo puede intentar acercarse a los gustos del cliente, nunca va a conseguir la cercanía del tú a tú. Ella cree que este es el ingrediente fundamental para que pueda sobrevivir el pequeño comercio.

Si esta situación se mantiene, el futuro de los negocios locales penderá de un hilo. Solo el tiempo nos dirá si el trato personalizado y la cercanía consiguen imponerse a la comodidad que ofrecen las compras en línea.