Francesc Soler

Francesc Soler es periodista, escritor, analista político y consultor de comunicación. En 2013 dejó los informativos de Catalunya Radio, donde trabajó durante trece años, para embarcarse en otros proyectos profesionales. Recientemente se ha reincorporado a la que fue su casa durante más de una década —y en la que prácticamente debutó como periodista— para ocupar el cargo de coordinador y segunda voz de “El matí de Catalunya Ràdio”, después de haber dedicado un lustro a la consultoría.

Llevas prácticamente toda tu vida en la radio. ¿Cómo ha cambiado el medio con la irrupción de las TIC?

El discurso periodístico se ha acelerado. También hemos ganado en feedback de la audiencia. Esto, en principio, es bueno. Y digo en principio porque siempre se puede incurrir en el error de sacar conclusiones de cinco o diez tweets pensando que es un estado de opinión generalizado. La otra parte es en cuanto a la producción de la radio. Tener audios colgados en Internet ofrece grandes posibilidades de consumo a la carta.

¿Qué herramientas utilizas en tu día a día como periodista?

WhatsApp es un elemento básico para mí a la hora de coordinar equipos de trabajo. También tenemos siempre un ojo puesto en Twitter y, en mi caso, tengo todos los digitales abiertos en mi ordenador. Este sería el arsenal de salida.

También has trabajado como corresponsal de guerra cubriendo, por ejemplo, la última hora de la segunda guerra del Golfo. ¿Era más complicado trabajar sin redes sociales como Twitter?

Visto en perspectiva, en esos años era mucho más difícil acceder a la información. He reflexionado mucho sobre el hecho de ser el enviado especial a una zona de conflicto, aterrizar y tener que entrar en directo sin conocer casi nada de lo que está pasando allí, porque los periódicos están en un idioma que no entiendes o porque están cerrados los quioscos. Las redes sociales te permiten este flujo informativo las 24h al día que puede facilitar mucho las cosas, siempre que haya cobertura.

“Si desaparece la figura del periodista, desaparece la figura del filtro”.

Hoy en día cualquier persona con conexión a Internet puede publicar sus artículos en la red. ¿Cómo ves el futuro del periodismo?

Lo veo negro por distintas razones. Creo que se ha banalizado mucho esta profesión con la idea de que todo aquél con un teléfono móvil puede ser periodista, o de que el periodismo es gratis porque en Internet lo encuentras todo. Si desaparece la figura del periodista, desaparece la figura del filtro. Una de las gracias del periodismo es que haya personas que, en teoría, estén entre los hechos y el público. El periodista lo que hace es incluir, excluir y jerarquizar: esto es noticia, esto no lo es, y esto te lo pongo por este orden de importancia. No es que se quiera arrogar un derecho divino, es que es su profesión y su trabajo. Cuando todo vale, las fake news están a la orden del día. La sociedad debería ser consciente de que si no hay periodistas nadie le va a leer la cartilla a los poderosos.

Pero para muchos el periodismo está del lado del poder. ¿Cómo podemos luchar contra esa idea?

Primero pagando. El New York Times recibe el dinero de sus lectores y, por lo tanto, a quien se debe es a sus lectores. Cuando un medio depende de una empresa editora que está en manos de los bancos porque tiene un crédito que debe pagar, esta empresa editora es débil y está sujeta a interferencias del poder. La primera necesidad es que la ciudadanía entienda que la información se tiene que pagar y valorar.